Esta es una pregunta que muchos padres se hacen casi diariamente
ante la manifestación de dificultades por parte de los hijos, y no tanto cuando
estos se muestran agradables y equilibrados. Y no es casualidad, ya que es en
esos momentos cuando afloran los sentimientos de fracaso como padres y el
desconcierto al intentar buscar la causa de sus conductas, así como los
aspectos en los que uno siente que ha fallado. En cierto sentido es interesante
llegar a este punto, porque en esa manifestación del sentimiento de culpa hay
un interés en reparar y solucionar los problemas de nuestros niños.
Para
que se transfieran con éxito de generación en generación, es necesario que
nuestra sociedad disponga de sistemas eficaces para la transmisión de dicha
cultura, y es el proceso de la socialización el encargado de dicho cometido.
Todo ser humano se adapta desde la infancia a una serie de
normas que la sociedad ha establecido. A este proceso se le denomina socialización,
y es a través de este que la cultura y las normas se van inculcando a los niños
desde pequeños. El primer contacto que tiene un niño con miembros de la
sociedad, es con sus padres. El proceso de socialización se da a través de las
instituciones que conforman dicha sociedad, es por eso que la familia es la
primera institución en la cual una persona va desarrollando su parte social, lo
que sucede desde el nacimiento.
Por ejemplo hay niños que crecen con padres que son adictos a
las drogas o tienen malas mañas y esto se vuelve una cultura normal para el
niño, es decir va creciendo con ese estilo de vida es por ello la importancia
de los valores y cultura con la que crecen nuestros hijos.
Pero esto va mas allá de lo que pensamos y de lo básico, todo
comienza desde que concebimos a nuestros hijos, por eso la importancia de la
planificación, la organización y el tiempo adecuado para tener a nuestros
hijos. Cuando decidimos conformar una familia y traer un hijo al mundo es
importante de estar consciente que es una gran responsabilidad, el desarrollo
de el niño por nacer, su crecimiento cultural y en valores ya que vamos a traer
nuevos ciudadanos a este mundo.
· cuando
las parejas deciden tener un hijo antes de la concepción de un bebe se debe
tomar ciertos cambios a nuestro estilo de vida, por ejemplo: alimentación, atracciones,
y hasta el estilo de música que escuchamos ya que esto influirá el comportamiento del niño a la medida que va
creciendo.
· Ya cuando
el niño nace se debe de disfrutar plenamente, darle el amor y la seguridad al
bebe.
· A partir
del primer año de edad en el hogar deben existir ciertas normas que deben ser
cumplidas por toda la familia y así el niño va creciendo con sentido de responsabilidad y
entender que en el mundo hay normas que debemos cumplir.
Por ejemplo hay madres que dejan a sus hijos desde pequeños que
vallan para donde el vecino solos o estar a las afueras del hogar sin supervisar,
esto implica que no existe una norma que los niños no deben estar solos hasta
cierta edad a la medida que el niño va creciendo el va a suponer que puede
salir sin permiso cada vez que él quiera y es ahí donde vienen los problemas en
la adolescencia.
¿Lo
que le damos de comer a nuestros hijos influye en su comportamiento?
La alimentación es una de las necesidades
fundamentales del hombre, ya que forma parte de su propio instinto de
supervivencia. Se considera, además, como uno de los factores determinantes en
la formación, desarrollo y progreso de las sociedades.
El comportamiento y las necesidades nutricionales están interrelacionados, que de hecho se podría afirmar que el hombre es lo que come. Incluso algunos llegan un poco más lejos y atribuyen a la ingesta de carne los comportamientos violentos. Para hacer esta afirmación se apoyan en la violencia que engendra su obtención: a través de la caza o del sacrificio de la res, prácticas ambas cruentas. Para otros, el hecho de que las comunidades que ingieren proteínas de origen animal sean más violentas que las vegetarianas, se debe al efecto de las sustancias de desecho que surgen del metabolismo de las proteínas animales.
El comportamiento y las necesidades nutricionales están interrelacionados, que de hecho se podría afirmar que el hombre es lo que come. Incluso algunos llegan un poco más lejos y atribuyen a la ingesta de carne los comportamientos violentos. Para hacer esta afirmación se apoyan en la violencia que engendra su obtención: a través de la caza o del sacrificio de la res, prácticas ambas cruentas. Para otros, el hecho de que las comunidades que ingieren proteínas de origen animal sean más violentas que las vegetarianas, se debe al efecto de las sustancias de desecho que surgen del metabolismo de las proteínas animales.
En este bosquejo de la historia de la
alimentación se ha ido constatando cómo la forma de alimentarnos viene siendo
modificada desde los albores de la humanidad por los múltiples acontecimientos
que van marcando el devenir del hombre. En nuestra forma de comer se reflejan
una sucesión de acontecimientos de todo tipo: científicos, culturales,
políticos, sociales, etc.; es decir, de todos los aspectos que conforman la
identidad de los individuos y de los pueblos, sin olvidar el condicionante que
aporta nuestra personalidad.
Por eso es de suma importancia la alimentación
de las mujeres en el embarazo ya que le transmiten todos esos nutrientes a el
bebe. Un estudio europeo que se puso en
marcha en 2008 y aún no ha concluido, revela que la nutrición durante el embarazo y el tipo de
La investigación ha
analizado el efecto que tiene sobre el desarrollo cognitivo, emocional y
conductual de los niños la ingesta de vitaminas como el ácido fólico, ácidos grasos omega 3, proteínas, micronutrientes como el hierro y el yodo y la alimentación con leche materna, tanto durante la gestación –en este caso se trata de la
dieta de la madre–, como tras el nacimiento, y hasta los nueve años de edad.
Una
dieta alta en grasa y azúcar durante el embarazo podría estar relacionada con
el desarrollo de trastorno de hiperactividad por déficit de atención (TDAH) en
niños con problemas de comportamiento, según determinó un estudio reciente
del King College de Londres y la Universidad de Bristol en Reino Unido. La investigación sería entonces la primera en
confirmar que una dieta poco saludable durante la gestación puede alterar el
ADN del bebé en una forma que podría dar lugar
a cambios en el cerebro y más tarde desarrollar trastornos de comportamiento
como el TDAH.
Desde tiempos pasados con las apariciones de
las grandes industrias que producen alimentos los cuales influyen los variados
de químicos que estos proporcionan, aumentando los problemas de salud afectando
el sistema nervioso de nuestros hijos. Leído 05/11/16 http://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-influencia-alimentacion-el-comportamiento-humano-13034832
Los
ácidos grasos omega-3 se encuentran en los pescados azules, el lino o las
semillas de calabaza, los cañamones o las nueces, entre otros alimentos.
Anteriores investigaciones habían demostrado que el consumo en grandes
cantidades de estos ácidos grasos aumenta el tiempo de coagulación de la sangre
–evitando las enfermedades cardiovasculares- y tiene efectos beneficiosos sobre
el cerebro, disminuyendo los efectos de la depresión e incluso el rendimiento
intelectual de niños en edad escolar.
Por
el contrario, las sociedades en las que el consumo de ácidos omega-3 se ha
mantenido más alto que el de los ácidos omega-6 porque la gente sigue comiendo
pescado, como en Japón, las tasas de homicidios y depresión se mantienen bajas.
Evidentemente,
la dieta no es la única causa del aumento de la violencia en Occidente, señalan
los investigadores. Sin embargo, conviene tener en cuenta que sí podría tener
cierta influencia. Pruebas en los laboratorios del National Institute of Health
demostraron asimismo que la composición de las membranas de las células nerviosas
del cerebro de personas de Estados Unidos era diferente a la de personas japonesas,
que consumen más ácidos grasos omega-3. http://www.tendencias21.net/La-violencia-humana-esta-relacionada-con-los-habitos-alimenticios_a1189.html
Leído 05/11/16
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